Si escribe para hacerse famoso o, peor aún, rico, espero que esté dispuesto a esperar un par de vidas multiplicadas por cinco. Si escribe porque necesita abrir una herida profunda que se cerró antes de sanar para exponer y sacar a relucir pensamientos que claman por ser soltados y liberados, entonces es uno de los míos.
Un día sucedió, escribí. Un amigo me dijo una vez que las personas con un talento son responsables de conseguir y mantener a salvo un regalo que sólo podría provenir de un poder superior. Como mujer de fe, no me siento bendecida; en cambio, me siento confiada. Dios debe tener más fe en mí que la que yo tengo en mí misma. Su confianza en mí para cuidar y salvaguardar algo tan precioso y delicado como un recién nacido, con toda honestidad, me da escalofríos.
Sí, mi fe también me dice que, para ayudarme a cuidar su precioso regalo, él trajo personas a mi vida para hacer este honorable trabajo un poco más fácil. Nunca olvido quién me ayudó. ¿Cómo puede alguien olvidar a las personas que no ganaron nada ayudándote pero que podrían perder mucho más dándote su tiempo? Estas personas llegaron a mi vida específicamente con el único propósito de ayudarme a cuidar mi regalo para que algún día estuviera escribiendo algo como esto. Mi eterna gratitud pertenece a Susie Schaefer de Finish the Book Publishing y a Stormbringer de The Backward Medicine Way.
Finish the Book Publishing tuvo un stand en el Festival de Libros del LA Times de este año; Tuve la suerte de que mi libro Siete Historias para Mi Padre: Cartas de Amor y Legado se presentara junto con el trabajo de muchos de sus talentosos autores. Me parece surrealista verme en el papel, aunque a veces pienso que siempre he estado en papel de una forma u otra. Pasear por el festival me permitió ver una versión pasada de mí misma en las diferentes etapas de mi escritura reflejada en otros autores. Todos sus sueños, esperanzas, y anuncios publicitarios sonaban y resultaban familiares.
Caminé comiendo una paleta mexicana de mango, disfrutando de un hermoso día mientras pensaba en la igualdad en la cantidad de nuestros regalos distribuidos. Dios debe haber estado ocupado en nuestro día de distribución; Había cientos de autores presentes, cada uno cuidando lo mejor posible su regalo. El resto es trabajo duro individual y suerte pura, sin filtros y sin adulterar.
A mis compañeros autores, y como me dijo una vez Stormbringer: Vive como escribes.
