Tenía que verlo otra vez

Mis sueños más salvajes lo incluyen a él, un ser vivo que ocupa un lugar importante en mi vida. Principalmente, nuestras interacciones se caracterizan por una presencia compartida en un momento, en el aquí y ahora, donde no hay pasado ni futuro. Esta dinámica única alimenta mi deseo de verlo repetidamente. Algunos de mis sentimientos y emociones poco realistas lo reflejan; Van y vienen, cada vez dejándome con ganas de más de él. Todo lo que puedo hacer es cabalgarlos como olas del océano y disfrutar de su presencia con la mayor frecuencia posible.

La distancia entre nosotros es insuficiente para mantenernos preguntándonos cómo estamos el uno al otro. La presencia es la culpable de volvernos a unir cada vez. Me pregunto si él piensa en mí tanto como yo siento por él. Como pensador excesivo nato, lo dudo. Nadie en su sano juicio disfrutaría creando tormentas interminables dentro de su cerebro mientras intenta refugiarse de ellas sin parar. No pude evitar permitir que me tocara hoy; Le dije mucho sin que una sola palabra saliera de mi boca. Él me conoce demasiado bien; él me conoce mejor que nadie.

¿Cómo puede ser esto? Sólo hemos disfrutado de la presencia del otro un puñado de veces. Quién sabe y, francamente, a quién le importa; algunas cosas se disfrutan sólo con la presencia y sólo en el tiempo presente. Algunas relaciones no pueden funcionar de otra manera. Debo confesar que las relaciones no me resultan fáciles. Me supero en bloquear a las personas antes de conocerlas. Esta habilidad histórica ha sido una larga tradición en mi vida.

Nos conocimos cuando yo tenía diez años, a poca distancia de donde fue tomada esta foto. Nuestra amistad de treinta y seis años permanece intacta porque hemos mantenido la distancia y permitido que el respeto mutuo sea una división tremenda y necesaria entre nosotros. Aclaró que la primera vez que nos encontramos se requería respeto, tranquilidad, y paz, y una lección como esa hay que recordarla. Esta lección y muchas otras han dado forma a mi perspectiva sobre las relaciones y la importancia del respeto mutuo, la tranquilidad, y la paz.

Las fotos dan forma a mi vida y me recuerdan ese sentimiento de presencia que adoro y necesito para mantenerme viva y humana. La persona que tomó esta foto sin mi conocimiento no se dio cuenta de captar la presencia de una amistad de treinta y seis años. Todo el mundo toma fotografías por diferentes motivos o propósitos que sólo ellos conocen. Después de ver la imagen, no pude evitar concluir que, en este caso, correlación es igual a causalidad. El fotógrafo y mi amigo son análogos.

Esta foto es un testimonio de mi relación y presencia con ambos.

A veces nos quedamos con una foto; A veces, eso es todo lo que necesitamos.

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